Verdad en la mirada, ternura en las palabras, sublime belleza en una forma de amar única.
De súbito, virtudes tales te acarician el alma y te sientes como un asfalto abrasivo que recibe con gratitud las frescas y esperadas gotas de una tormenta de verano.
…gotas que vienen a calmar aquellas heridas candentes de otro tiempo para sumirlas en un olvido necesario…
…heridas que se mudan para dejar todo su espacio a esa verdad apabullante y abrir la senda de un nuevo tiempo a un alma ya recuperada.